Quizá después de tantos años de opacidad informativa en los medios públicos, el uso de la libertad de expresión por gran parte de actores, actrices, directores y personas de la cultura, haya resultado una osadía. El Gobierno se ha acostumbrado hasta tal punto a utilizar la televisión pública como instrumento propio que todavía no acaban de creérselo.
Pero fueron ellos mismos quienes prometieron transparencia y son ellos mismos quienes hacen llamar a su televisión "La televisión de todos". Y qué durante dos horas realmente fuera de todos les hiere, les molesta y les pone nerviosos. Y digo de todos porque "el brazo armado de la oposición" se valió de palabras que, por mucho que les duela, representan la opinión de casi el 90% de la población.
Hablaron de las cosas que preocupan a la sociedad española y de aquellas otras que tan correctamente se nos ocultan. Quizá por eso se les ha tachado de traidores, desleales y oportunistas; pero la oportunidad se la ha brindado la guerra y la tragedia económica y medioambiental que está viviendo Galicia. Traidores por no ocultar su compromiso con la realidad, desleales por ser fieles a la libertad de expresión, y oportunistas por aprovechar la ventana televisiva para denuncia a título personal aquello que consideran injusto.
Por lo visto, señora ministra, la guerra no sólo amenaza a Irak y el chapapote ha manchado algo más que las costas gallegas. Probablemente ahora sean ustedes los que griten "nunca mais".
Pero fueron ellos mismos quienes prometieron transparencia y son ellos mismos quienes hacen llamar a su televisión "La televisión de todos". Y qué durante dos horas realmente fuera de todos les hiere, les molesta y les pone nerviosos. Y digo de todos porque "el brazo armado de la oposición" se valió de palabras que, por mucho que les duela, representan la opinión de casi el 90% de la población.
Hablaron de las cosas que preocupan a la sociedad española y de aquellas otras que tan correctamente se nos ocultan. Quizá por eso se les ha tachado de traidores, desleales y oportunistas; pero la oportunidad se la ha brindado la guerra y la tragedia económica y medioambiental que está viviendo Galicia. Traidores por no ocultar su compromiso con la realidad, desleales por ser fieles a la libertad de expresión, y oportunistas por aprovechar la ventana televisiva para denuncia a título personal aquello que consideran injusto.
Por lo visto, señora ministra, la guerra no sólo amenaza a Irak y el chapapote ha manchado algo más que las costas gallegas. Probablemente ahora sean ustedes los que griten "nunca mais".
Febrero 2003
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