Un cajón para compartir sueños, deseos, anhelos, historias...

y algún que otro secreto de esas noches en que la luna nos sonríe

jueves, 8 de mayo de 2008

La aldaba

CONTROL. CD x (nombre grupo); TÍTULO DE X (TÍTULO DISCO); C/(nº canción) "Título canción" ENTRA EN P/P, SE MANTIENE Y A SEÑAL P/F

LA: Los relatos de ficción acostumbran a tejerse en silencio, con finas agujas que avanzan con dificultad en un espacio vacío y fértil, donde a menudo únicamente residen los sueños y los recuerdos. Esta fría ausencia que constituye una historia por venir o una palabra que acariciar debe ir llenándose cuidadosamente de vida, y el estremecedor silencio que la empañaba debe ir tornándose poco a poco en sonido. Pero... ¿Cuál es la voz de un sueño? ¿Y el sonido de un recuerdo?
Probablemente la respuesta sea más sencilla de lo que en principio parece pues los sueños y los recuerdos se disfrazan con la voz precisa que los evoca y tienen, como sus propios dueños, sus preferencias: un silbido, la lluvia, el llanto, la risa, el rumor de unos pasos en la noche... Existen tantos sonidos evocadores como historias que los arropan, pero se me ocurre tal vez uno que se halla siempre presente en todas las narraciones, tanto cinematográficas como literarias...

CONTROL. CST TDK (buscar fuente); Cara A (repicar de la aldaba) SUBE A P/P, SE MANTIENE 30 seg. (duración total: la que sea)

LA: ¿Quién no ha sido sorprendido alguna vez por el repicar de la aldaba?

CONTROL. CD x (mismo de antes); TÍTULO DE X; C/(nº canción) "Título canción" QUE SE MANTIENE EN P/P Y A SEÑAL P/F

LA: Si echamos la vista atrás y buscamos entre los cuentos que han adormecido nuestra infancia es probable que topemos con una aldabada: desde Charles Dickens o algún mendigo harapiento tiritando ante una gran puerta cubierta de blanco que observa dudoso un picaporte helado; pasando por "Los tres cerditos" o aquél lobo que, ansioso, hacía resonar la aldaba con el fin de saciar su apetito con tierna carne rosa chicle; sin olvidarnos de los hermanos Grimm o dos niños solos, muertos de hambre y de miedo, perdidos en el bosque espeso, que encontraron una casita hecha de dulces e hicieron sonar aldabazos de caramelo...

CONTROL. CD y; TÍTULO DE Y; C/ nº "Título canción" ENTRA EN P/P, SE MANTIENE Y A SEÑAL P/F

LA: Pero si lo que preferimos no es dulce, sino siniestro y estremecedor, podemos hacer un oscuro recorrido por los relatos fantásticos o los cuentos de terror. Porque, decidme; ¿podéis acaso imaginar un relato terrorífico en tiempos previos al teléfono sin la presencia de un aldabeo?
Aclimatémonos: "El sonido de la aldaba lo devolvió a la realidad. Era una noche tormentosa y tétrica, estaba solo en una fría casa de campo, imaginando historias sobre el viejo zaguán. La aldaba repicó de nuevo con insistencia pero con la tormenta nadie oyó la llamada.

CONTROL. CST TDK (buscar fuente); Cara A (repicar de la aldaba) SUBE A P/P, SE MANTIENE 10 seg. (duración total: la que sea) Y FUNDE CON
CONTROL. CD y; TÍTULO DISCO C/ nº canción SUBE A P/P Y ASEÑAL P/F

LA: -¿Quién es?- preguntó el niño acercándose al quicio..."
Como veis, el recurso de la aldabada como forma de contacto entre lo propio y lo ajeno, entre lo conocido y lo extraño, entre el bien y el mal, ha sido empleado por numerosos maestros de la fantasía, del terror y del suspense. Maupassant, Poe, Tolkien, Highsmith, Cristie, Hitchcock y un largo etcétera de escritores y cineastas se han valido del aldabazo como golpe de efecto, elemento de sorpresa o forma de comunicación entre personajes diversos.

CONTROL. CD x (nombre grupo); TÍTULO DE X (TÍTULO DISCO); C/(nº canción) "Título canción" ENTRA EN P/P, SE MANTIENE Y A SEÑAL P/F

LA: Esta conexión mágica ente el picaporte y la ficción también puede apreciarse en la elección de los nombres de las películas, novelas, relatos o canciones que nos han acompañado a lo largo de la historia, tanto en las pertenecientes a la época en la que no existían medios alternativos de aviso como en la actualidad que contamos con el timbre eléctrico o el teléfono, ambos descendientes de la tradicional aldaba de hierro o bronce. A cualquiera de nosotros pueden venirnos a la cabeza ejemplos como "El cartero siempre llama dos veces", "Una visita inesperada", "La puerta", "La última llamada", "El cartero de Neruda" o "Alguien llama a tu puerta".
Y por último, si me aceptan un consejo, asómense a su ventana, miren detrás de su puerta, corran en busca de esa persona a la que deseen ver, porque puede haber alguien aguardándoles en el umbral de la puerta o esperando tras el cristal. Deben estar atentos, pues ya saben que la voz del silencio es frágil pero a veces también puede resonar en su pecho como la aldaba, imprevisible y rotunda. Y recuerden, nosotros regresamos el viernes que viene para disfrazar al silencio con otro vestido.

CONTROL: SUBE A P/P Y RESUELVE HASTA PUBLICIDAD

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