FICHA TÉCNICA
Lost in Translation
Nacionalidad: USA
Año: 2003
Duración: 105 min.
Clasificación: Mayores de 18 años
Género: Comedia dramática
Color: Color
Dirección: Sofía Coppola
Guión: Sofía Coppola
Intérpretes: Anna Faris
Akiko Takeshita
Scarlett Johansson
Giovanni Ribisi
Bill Murray
Música: Kevin Shields
Fotografía: Lance Acord
Montaje: Sarah Flack
CRÍTICA
Fragmentos de amor callado
Lost in Translation
Nacionalidad: USA
Año: 2003
Duración: 105 min.
Clasificación: Mayores de 18 años
Género: Comedia dramática
Color: Color
Dirección: Sofía Coppola
Guión: Sofía Coppola
Intérpretes: Anna Faris
Akiko Takeshita
Scarlett Johansson
Giovanni Ribisi
Bill Murray
Música: Kevin Shields
Fotografía: Lance Acord
Montaje: Sarah Flack
CRÍTICA
Fragmentos de amor callado
Recordaba Carlos Fuentes que "inventar un lenguaje es decir todo lo que la historia ha callado". En este sentido puede decirse que Sofía Coppola ha elaborado un lenguaje crítico a partir de todo lo no dicho en una eterna historia de silencios, susurros, complicidades y ausencias. Y es que quizás sea esta la verdadera esencia del amor, su máxima expresión, aquella que logra expresar con la mayor sutileza la naturaleza ingrávida de este sentimiento.
Lost in Translation consigue condensar en un relato mínimo la contención que precisa esa verdad inabarcable que es la necesidad de amar. Para ello, nada mejor que descontextualizarla, alejarla de los lugares comunes y cubrirla de la distancia que desprenden un país como Japón y una ciudad como Tokio. Sus hoteles metálicos, sus espacios fríos e impersonales y esa extraña luz azulada que tiñe de gris cada minuto de la historia, constituyen un personaje alienado y hermético que es, sin embargo, el nexo que une a Bob (Bill Murray) y a Charlotte (Scarlett Johansson). Dos seres perdidos en el inmenso caos de Tokio a los que el azar o el destino aloja en un lujoso hotel donde tejen entre copas, noches en vela y llamadas telefónicas, una complicidad deliciosa.
Incontestable la interpretación de un Murray resucitado para aquellos que todavía le recuerden como cazafantasmas, e impecable el trabajo de la casi desconocida Johansson, en esta película llena de humor y melancolía que compone un sugestivo espejo de la intimidad más turbia y profunda, de ese territorio incandescente que se niega a ser mostrado.
Imprescindible el final de este frágil pero rotundo relato, donde Coppola nos confirma con maestría el poder de la cotidianidad, la elocuencia de una mirada, la necesidad de la memoria y la naturaleza eterna de las pasiones que se resisten a morir.
Lost in Translation consigue condensar en un relato mínimo la contención que precisa esa verdad inabarcable que es la necesidad de amar. Para ello, nada mejor que descontextualizarla, alejarla de los lugares comunes y cubrirla de la distancia que desprenden un país como Japón y una ciudad como Tokio. Sus hoteles metálicos, sus espacios fríos e impersonales y esa extraña luz azulada que tiñe de gris cada minuto de la historia, constituyen un personaje alienado y hermético que es, sin embargo, el nexo que une a Bob (Bill Murray) y a Charlotte (Scarlett Johansson). Dos seres perdidos en el inmenso caos de Tokio a los que el azar o el destino aloja en un lujoso hotel donde tejen entre copas, noches en vela y llamadas telefónicas, una complicidad deliciosa.
Incontestable la interpretación de un Murray resucitado para aquellos que todavía le recuerden como cazafantasmas, e impecable el trabajo de la casi desconocida Johansson, en esta película llena de humor y melancolía que compone un sugestivo espejo de la intimidad más turbia y profunda, de ese territorio incandescente que se niega a ser mostrado.
Imprescindible el final de este frágil pero rotundo relato, donde Coppola nos confirma con maestría el poder de la cotidianidad, la elocuencia de una mirada, la necesidad de la memoria y la naturaleza eterna de las pasiones que se resisten a morir.
RESEÑA
La melancolía de Coppola invade los cines españoles
Sofía Coppola, hija de uno de los más grandes cineastas, el director de la saga de El Padrino, vuelve a las carteleras con una película cargada de melancolía. Su anterior film, Las vírgenes suicidas, fue un intento por captar la angustia de unas adolescentes víctimas de la incomprensión paterna. Del mismo sentimiento de inquietud trata su última película, Lost in Translation, protagonizada por la joven promesa Scarlett Johansson y el veterano Bill Murray. Narra el encuentro entre dos seres perdidos en la lejana ciudad de Tokio. Viene avalada por su éxito en USA.
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